Publicada originalmente en 1945, la obra maestra de Salinger se convirtió inmediatamente en una obra de culto de toda una generación de lectores. La impresionante fuerza con que el adolescente protagonista se mira a sí mismo es de una brillantez sostenida como sólo muy pocos autores pueden lograr. Las peripecias del adolescente Holden Cauldfiel en una Nueva York que se recupera de la guerra influyeron en sucesivas generaciones de todo el mundo. En su confesión sincera y sin tapujos, Holden nos desvela la realidad de un muchacho enfrentado al fracaso escolar, a las rígidas normas de una familia tradicional, y a la experiencia de la sexualidad más allá del mero deseo.
¿Por dónde comienzo?
Bien, la historia comienza con nuestro protagonista: Holden Caulfield. A sus diecisiete años (o dieciséis), este muchacho es expulsado de su escuela... nuevamente. Pero aún le quedan un par de días antes de que la escuela tenga que notificar a los padres de su expulsión, así que ¿Qué hace este chico? Decide vagar por ahí, salir del campus del colegio con uno cuantos dólares, y sin ningún plan en mente.
Ahora, soy gran defensora de la estructura de una historia: inicio, desarrollo, nudo y desenlace. Suelen disgustarme un poco los libros sin esta forma, ya que, por lo general, son muestra de que el escritor no sabe lo que está haciendo.
Pero este libro es una gran EXCEPCIÓN.
Es dolorosamente lineal, sin nudo, sin altibajos, sin intriga.
Pero es ABSOLUTAMENTE genial.
Este libro es "simple" y llanamente la historia de un muchacho ¿descarriado? que atraviesa unas cuantas aventuras mundanas en tan sólo un par de días.
"No hay sala de fiestas en el mundo entero oque se pueda soportar mucho tiempo a no ser que se puedan uno emborrachar o que vaya con una mujer que le vuelva loco de verdad"
He leído muchas reseñas acerca de este libro. Y realmente no estoy de acuerdo con algunas que lo tildan de "sobrevalorado" o "una historia de adolescente perdido más". Sí, Holden es adolescente, y sí, está perdido, PERO no creo que ese sea el punto. Holden no es sólo un adolescente incomprendido, es una persona incomprendida. Una de las cosas que más amo de él, es que no es pretencioso, como se cabría esperar de este tipo de personajes. Él no se cree especial por pensar diferente, no quiere hacerle entender a los demás como ve el mundo, no se recubre con falsa modestia cada vez que se le ocurre un pensamiento ingenioso.
Él, es simplemente él, y nada más. Dolorosamente natural.
"Aquel hotel estaba lleno de maníacos sexuales. Yo era probablemente la persona más normal de todo el edificio, lo que les dará una idea aproximada de la jaula de grillos que era aquello"
H. C. es sin duda uno de mis personajes favoritos. Su extraña y profunda sensibilidad me llegó al corazón. No lees este libro porque quieras saber que pasa luego. Lo lees porque solo quieres quedarte a mirar el mundo a través de sus ojos, lo lees tratando de comprender la historia que hay detrás (que la hay, pero Holden, siendo Holden, nunca nos cuenta nada más). Hay unas cuentas cosas pasando en su vida, o que ya pasaron, que explican en cierto modo el porqué este chico actúa y piensa en la forma en la que lo hace. Pero no se autocompadece ni nada. Él sigue adelante, medio roto, medio confundido, medio brillante."Lo que haría sería hacerme pasar por sordomudo y así no tendría que hablar. Si querían decirme algo, tendrían que escribirlo en un papelito y enseñármelo. Al final se hartarían y ya no tendría que hablar el resto de mi vida. Pensarían que era un pobre hombre y me dejarían en paz"
Podría hablarles de más personajes, pero no vale la pena. Me atrevería a decir que Holden es el único personaje de esta historia; o al menos el único del que realmente importa hablar.
En fin, Catcher in the Rye es:
PROFUNDO.
(En su simplicidad)
HERMOSO.
REFLEXIVO.
Podría seguir escribiendo de esto. Pero quiero que lo juzgues por ti mismo. Quiero que lo leas y sientas lo que debes sentir. Todos somos diferentes. No creo que este libro sea para todos, o que haga reaccionar a todos de la misma forma que lo hizo conmigo. Sólo hay que intentar descubrirlo.
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